Elízara, lugar onde non estiven
Xoán Guerreiro sabe cual es la opción que eligió, la difícil ruta que decidió para su pintura. Lleva años centrado en interpretar la realidad, focalizando un universo cotidiano que primero observa para después escribir. Siguiendo la astilla de la objetividad, podría afirmarse que se esta delante de una pintura que narra, que cuenta las cosas tal y como las ve.
No existen en los cuadros de Guerreiro ningún cambio de escala con la intención de confundir. No hay engaño, o eso aparenta.