Evento: Luis Seoane. Paisaxe psíquica

Luis Seoane. Paisaxe psíquica
Lunes, 19 octubre, 2015 a Domingo, 17 enero, 2016
Museo Provincial de Lugo,
Lugo

Luis Seoane. Paisaxe psíquica

Óleos, aguadas, grabados, témperas y dibujos del pintor bajo el denominador común del paisaje

El paisaje en Luis Seoane es una suerte de viaje; primero física, luego mental. A comienzos de los años cincuenta realiza algunas de sus pinturas de paisaje más significativas tras un viaje a la provincia argentina de Neuquén, al pie de los Andes, que supone un cambio radical en su óptica artística, así como una conexión directa con sus paisajes de los años setenta, sus trabajos más líricos. Hasta entonces, sus paisajes funcionaban como meros escenarios o fondos de sus figuras, pero estas ya son paisajes en sentido estricto, pequeñas pero ambiciosas.

Seoane rompe con el costumbrismo y muestra una naturaleza sublime, de inclinaciones abstractas, que comienza a definir su interés por las superficies de color. La perspectiva se reduce y el paisaje se nos presenta como un muro, como un retrato. La cercanía dificulta la lectura de la imagen y el espectador se abandona al inconmensurable, a pesar de las pequeñas dimensiones de cada una de las pinturas. La línea del cielo, casi inexistente pero imprescindible, es llave para componer la imagen. La estas pinturas les acompañan dibujos terrosos y azules, que se corresponden con sus cuadros. Unos son extremadamente leves, otros marcan las líneas de montaña de manera gruesa, y otros son casi la mimese de sus cuadros y mismo llevan escrita la indicación del color.  

Mientras, en sus aguadas, se agudiza lo que de manera genérica me los podría calificar como un proceso de abstracción. Como si se tratara de un temblor, el representativo se torna borroso y se convierte en un espacio intersticial donde el color actúa como único indicio para una narrativa, y una serie de boquetes funcionan como elemento expresivo y cromático capaz de definir forma y espacio. En las suas aguadas y gouaches se evocan paisajes sin llegar a describirlos de manera clara. 

A los paisajes del Río de la Plata, de Neuquén, de Saboia o de Ginebra, así como a las escenas rurales, es necesario sumar las que marcan sus comienzos como pintor y también sus últimos trabajos: los dedicados al mar. Son composiciones dinámicas, de grafía nerviosa, con tendencia al corvo, fundiendo en armonía línea y masas de color. Imágenes rítmicas. También las que no tienen el mar cómo único protagonista, en las que se advierte su gusto en mirar a vista de pájaro y la influencia de su dominio del diseño y del grabado. Algunas de los paisajes más hermosos tienen como único protagonista el coruñés mar del Orzán. Los colores se tornan intensas, sobre todo las azules.

Como en todos sus trabajos desde los años cincuenta, Seoane no buscará imitar las ondas del mar, al contrario. Simplemente signfica el gesto, como en los paisajes de sus últimas aguadas. Más que representar el movimiento, este se insinúa, se incita. En algunos casos, traza el espacio con mecanismos del grafismo expresionista, casi automático, mismo dadaísta. La expansión espacial de sus arabescos es aquí escritura. El gesto asume la condición de una danza, como se de la imagen de una resonancia se había tratado. Luis Seoane consigue recrear la fuerza del mar, captando la marejada, deteniéndola en tensión, como se se tratara de una naturaleza muerta, un paisaje psíquico congelado en el tiempo. ES el paisaje de la realidad que ve y que quiere. Galicia como paño de fondo.   

Más eventos de tipo Exposición

Mandala (Arc en ciel)
18 de octubre a 7 de septiembre
Rúa de Ramón del Valle-Inclán, 5
Concha Jerez y José Iges. Resignificaciones
14 de febrero a 1 de junio
Rúa de Ramón del Valle-Inclán, 5