Del placer y de la muerte
La obra es, en esencia, retablo con un algo de bosquiano, un viaje con ecos de la plaga, una parábola con tintes bíblicas y una grieta rabiosa en nuestra existencia llena de anguilas.
El espectáculo conforma una radiografía con vocación universalizadora, de la humanidad ante las dos grandes ansias de su existencia: la satisfacción de las pasiones y la fragilidad de la vida.