Danza

Una danza giratoria escrita con un propósito: Multitud de fragmentos para multiplicar la belleza. Las propuestas artísticas de Elvi Balboa muchas veces convierten espacios públicos y singulares en espacios de investigación y creación. Se trata de comprender estos espacios con toda su riqueza y dimensiones: espacial, histórica, social y poética. Sus creaciones se adaptan siempre al entorno en el que se ejecutan, ofreciendo una imagen ceñida del carácter único y efímero de la danza.

Una cuenta atrás anuncia el comienzo hojas rasgadas de un calendario tirados al suelo, rastros ignorados, lo son de la radio los llevan entre melodías y noticias hacia la vida.

Vasos vacíos en manos que no saben el que buscan en manos que ofrecen el que no tienen.

Vivir casi siempre hace ruido y morir parece el vacío que hay dentro, por eso nos asusta y huimos hacia la palabra.

Pensamos en frases mudas y hablamos para que nos escuchen o para no escuchar nuestro ensordecedor silencio.

Todos los viernes de julio y agosto, e inspirados en la "Glorieta de Belgrano" de Buenos Aires, Santiago de Compostela también baila Tango al aire libre durante el verano.

El hijo habla del vínculo con los progenitores y un lugar, y lo que se hace con eso. Entendernos como individuos independientes, pero enrededados profundamente en las raíces que nos acompañan. Un espectáculo de danza que nos lleva al primario, al contexto, a la familia y a la naturaleza.

En la obra se alterna un cuerpo de hoy, móvil y consciente, frente a otros mundos, que no siendo accesibles a la vista, nos afectan y guían nuestros caminos. La danza permite la celebración de estar vivos y tener una historia, la experiencia de ser hijo y su entusiasmo.

Flamingos es el resultado de colocar la Carmen Amaya en medio de una escena de John Waters. El impulso del flamenco para compartir el interior del alma humana se mezcla con la música, el vestuario y el imaginario más pop. ¿Cuál es nuestro propio flamenco? ¿Cuál es nuestra música y que danza convenida a bailar?

Cuerpos, deseos, miedos y referencias se adulteran para crear una jam session mágica. Una fiesta en la que los 7 intérpretes se exponen con la única intención de festejar.

Yo amaba a mi padre sobre todas las cosas, con un amor animal. Me gustaba su olor, me gustaba su voz, me gustaban sus manos, la pulcritud de su ropa y la minuciosa limpieza de su cuerpo. Lo amaba más que la Dios. Un día tuve que escoger entre Dios y mi papá, y escogí a mi papá. Fue la primera discusión teológica de mi vida y la tuve con la írmela Josefa, la monja que nos cuidaba a Sol y a mí, los hermanos menores. Se cierro los ojos puedo oír su voz recia, gruesa, enfrentada a mi voz infantil.

Tres mujeres; Clara, Carlota y la Silla de ruedas de clara, descubren en este viaje que hay lugares que si los tocas, resurgen emociones profundas que nos acercan más y nos liberan de nuestros miedos.

Espectáculo multidisciplinar e inclusivo dirigido a un público familiar, la pieza rinde homenaje a las madres, en especial a aquellas madres que se dedican a las artes y viven con la complejidad de la conciliación, y ser madre separada durante 7 años.

Se trata de un diálogo entre los dos protagonistas, Carlota y su hijo Teo, de 9 años, que desde hace tiempo participa en sus proyectos artísticos.

Arte, música, vanguardia escénica, tradición y historia se dan cita en la cuarta edición de 'Danza en el Camino', el festival itinerante organizado por la Consejería de Cultura y Turismo de la Junta de Castilla y León en el marco del 21º Certamen Internacional de Coreografía Burgos & Nueva York.

Technocracia asalta la fiesta como lugar de comunión, como mecanismo de reprogramación mental, de ruptura con lo cotidiano, de hedonismo físico y emocional, y también como una metodología de creación a partir del cuerpo en movimiento y la masa, donde expandir nuestra experiencia escénica al incluir al publico como parte esencial de la pieza a través de las acciones que se generen. Se trata de dejar de crear ficciones para dejarnos crear por los hechos intentando preservar nuestro calor interno, nuestra frescura y bondad humana contra la tiranía de la orden.