Contos agachados no petos
Antes de usar los bolsillos, la gente llevaba sus cosas en bolsas de tela o cuero, pero eran incómodas y fáciles de robar por los bandoleros de los caminos hasta que una costureira se le ocurrió inventar una tela cosida por fuera, para que a su señor no le robaran un reloj muy caro que tenía.
Un bolsillo es un cómplice, un amigo. Esconde sorpresas y papeles que guardan historias para recordar.
Reserva de plaza en la biblioteca o en el teléfono 886 120 445 desde el lunes anterior a la actividad.

