Alejandra Pombo y Berio Molina
Instrumentos propios y extraños: voz, tunicata, orinaco, bichería, palmaderas… en un entorno para dejarse llevar por la emoción. Siempre empujando la montaña en la búsqueda de una emoción. Una y otra vez reclamandola para ponerlo todo en llamas al estilo de droga tropical: el carbón como piña colada, las cenizas fruto de la pasión y el gas, guaraná que nos mantendrá en trance hasta el final. Es que lo que está más allá de las planicies no se puede saborear.