Aprendiz home do saco
Había una vez un hombre muy viejo que estaba fastidiado porque su único hijo no quería heredar su oficio. Todos los días el padre, lloviera o no, tenía que ir a trabajar, mientras el hijo quedaba repanchungado en casa esperando la hora de almorzar. Pero un día todo cambió: el padre enfermó y el chaval tuvo que aprender en poco tiempo los trucos para ser un buen hombre del saco.

