Mi hijo solo camina un poco más lento
Mía es una mujer imprescindible, como tantas, en el día a día de su casa. Lucha contra sus demos mientras cuida de su madre, su padre, de su hija y de un marido "disidente" pero especialmente se desvela por su hijo Branko que padece una, innominada, enfermedad degenerativa que le va haciendo perder movilidad. Hoy, Branko, cumple 25 años y su "defectuosa" (hoy día se diría "disfuncional") familia le prepara una fiesta.