El topónimo

La Ribeira Sacra es un topónimo reconocido que parece representar sus dos caracteres más singulares, lo del propio accidente geográfico de la ribera, que es la parte de los terrenos de valle más próximos al río, en este caso hipertrofiados en su pendiente y dimensión, y por otra la de ser un amplio espacio consagrado a la vida espiritual.

A la vista de la localización en los cañones formados por las riberas de los dos grandes ríos de Galicia, el Miño y el Sil, y del amplio y magnífico conjunto de monumentos y vestigios consagrados el topónimo parece reafirmarla.

Pero en el ámbito documental esta comarca debe su nombre a un lugar muy concreto denominado Rouoyra Sacrata, término que fue empleado en un documento datado el 21 de agosto de 1124 por Tareixa de Portugal, reina desde el Océano hasta el río Raspalloso (habitualmente referido como el Bibei), hija de Alfonso VI, y madre de Alfonso Henriques, primer rey de Portugal, en una dotación o declaración al monasterio de San Juan el Viejo en un lugar de monte del Ramo.

En este documento, que ha sido juzgado como una falsificación (histórica), se emplea una serie de referencias toponímicas y localizaciones ciertas, con una intención de justificación de derechos posesorios sobre un coto relativamente exiguo pero rico.

El término Rouoyra etimológicamente haría referencia a reboira antes que a ribera , derivado de robur, el roble, y no de ripa , la ribera. Por lo tanto describiría un robledal sagrado, un bosque simbólico, que en el siglo XII se encontraría en las tierras de Caldelas, un lugar asociado a ritos míticos relacionados con el mundo atlántico. Aunque su localización es desconocida en la actualidad, parece probable su localización en el ámbito de la parroquia de Seoane Vello en Montederramo.

Las referencias de este documento espurio resultan por lo tanto auténticas y esclarecedoras del carácter sagrado de un territorio y de la antigüedad de un sistema de control y gestión del territorio basado en donaciones y derechos sustentados en comunidades cenobíticas activas en el ámbito desde tiempos muy primitivos y en número muy abundante. Otros documentos, inscripciones lapidarias, necrópolis, elementos parciales incorporados la nuevas arquitecturas, son pruebas de la veracidad del contexto.

La identificación de la reboira con la ribera obedece a la interpretación que hizo Frei Antonio de Yepes en la Crónica General de la orden de San Benito, cuando transcribe Rouoyra Sacrata por Ribera Sagrada (en castellano), topónimo que definía un territorio sagrado por la alta concentración de monasterios y ermitas que había en los márgenes del Miño y del Sil y que desde los primeros años del siglo XVII encuentra fortuna en su difusión, imponiéndose Ribeira Sacra por la fuerza de su precisión al identificar con esos valles encajados con fuertes pendientes en las que se distribuyen las milenarias fundaciones monásticas y se cultiva la vid en bancales el muras, una manera de nueva Tebaida cristiana en los confines de occidente.

Pocos lugares como la Ribeira Sacra en el mundo, una comarca sin un límite administrativo, sin una jurisdicción común, sin una nobleza dirigente concreta, han asumido una personalidad única tan marcada y tan homogénea derivada de las características propias de su naturaleza física, de su biología y de sus comunidades.

El uso histórico por las especialistas, primero, y por la generalidad de las personas, después, del término Ribeira Sacra desde los primeros años del XVII es la respuesta a una realidad que ya formaba parte del territorio, como muestra la pluralidad de topónimos que los habitantes de estas tierras emplearon para referirse a lugares de los que, los restos físicos sólo permanecían en la geografía de su memoria, como Fonte dos Frades, Campos dos Frades, Mosteiro, Campos das Tombas, Oleiros, A Silla de los Freires, Adro Vello, Eirexa Vella, Ca Capela, Val Sagrado, O Penedo dos Penitentes, Cova do Santo,... o advocaciones de santuarios desaparecidos también como San Vitorio, San Facundo, San Pedro, Seoane,... todos ellos vivos en la memoria junto con las de los moros y de los encantamientos.