La inscripción está realizada con sumo detalle y perfección en una pieza de granito de 48x82x12cm, con el texto inciso a bisel que dice: HEREDITAS : N (ostrorum) / EVFRAXI: EVSANI / QVINEdI: EATI: FLAVI / RVVE : ERA : dª C. X La I:, que podría traducirse por: "Esto (que estáis contemplando) es la herencia de todos nososotros, es decir, de Eufrasio, Eusano, Quinedo, Eato, Flavio y Rvve, (y consagrado en la) Era (hispánica) de 611 (año 573)", y que es interpretada como acta fundacional del monasterio antes de la anexión del reino suevo al reino visigodo.
Estaba localizada en la nave de la Epístola en San Pedro de Rocas, y fue traslada junto con el soporte del altar al Museo Provincial de Ourense en 1970. Tiene una decoración perimetral y central de un cordón finalizado en una cruz episcopal que divide los campos del texto.
La pieza presenta una quebradura en el lado superior derecho y una quebradura en el lado superior izquierdo. Destaca como obra tanto por la perfección del tallado como por la disposición del texto, su distribución y la calidad de la letra y la redacción. Al contrario del habitual, carece casi por completo de abreviaturas.
En su estudio se propusieron varios dilemas, tanto de la autenticidad, de la propiedad de la adscripción al templo como de la lectura de la fecha fundacional. Podría tratarse a lo mejor, por determinados aspectos, de una transcripción alto medieval, pero desde luego los rasgos de los tipos son claramente visigóticos y la opinión generalizada es la de su pertenencia a la época datada (573). Lo que parece claro es que la pieza presenta el hecho de una transición de la vida anacoreta a la vida cenobítica con un testigo que debe ser combinada con la presencia, también intrigante, de un pie de altar de clara decoración mozárabe.
Se estima que desde el origen o regulación precario de una serie de anacoretas estaría en uso cenobítico hasta las incursiones árabes a comienzos del siglo VIII, hasta su restauración a finales del siglo IX por un tal Gemondo, que lo volvería a descubrir lleno de maleza, cuando perseguía un venado y que, por la belleza y lo apartado del lugar, sería aliciente bastante para promover en él el sentimiento de dedicar a él su vida como anacoreta.
El pie de altar es un pilar prismático de granito de 43x41x77cm , existiendo un semejante en Santa Comba de Bande, aunque este de mármol, probablemente tomando como referencia las aras romanas. Está decorado en las cuatro caras por arco de herradura sobre columnitas sogueadas y otro cordón rodea la parte baja de la pieza. En un lateral está inscrito un crismón estilizado.
Esta decoración que se asume normalmente como mozárabe es habitual en las astillas romanas del noroeste de la Península, por lo que también sería adscribilible artísticamente al punto fundacional del monasterio rupestre. En cualquiera caso la pieza tuvo claramente una función de altar de culto y su decoración resulta testimonio inequívoco de su relación con un momento muy incial del culto cristano ligado a la convivencia de una cultural galaico-romana.