Iglesia y rectoral de San Vicente de Pombeiro (Pantón)

La iglesia y la casa rectoral de San Vicente de Pombeiro representan la pervivencia de uno de los monasterios más importantes de la Ribeira Sacra en la época medieval, que tras la reforma de los Reyes Católicos pasó a convertirse en un priorato dependiente de Santo Estevo de Ribas de Sil. Como muchos de los templos de esta zona, tuvo sus orígenes en la alta Edad Media, cuando los anacoretas poblaron estas tierras. Prueba de la ocupación del territorio son los sepulcros antropomorfos excavados en la roca que se conservan en las cercanías de la iglesia. Está documentada su existencia desde el primer tercio del siglo X como un monasterio dúplice vinculado a los conde Suario Gutiérrez y Guntroda, pero fue en tiempos de la reina Urraca de Castilla y Raimundo de Borgoña, en el siglo XII, cuando San Vicente fue anexionado a la abadía borgoñona de Cluny como priorato, siendo una de las dos casas que esta orden tuvo en la Ribeira Sacra.

En tiempos de la reforma del siglo XV, concretamente en el año 1508, pasó a depender del monasterio de Sano Estevo de Ribas de Sil como priorato. Aunque con la construcción del embalse de Santo Estevo el nivel de las aguas subió y se alteró la fisonomía del valle, San Vicente siguió dominando a cañón, al igual que Santo Estevo y Santa Cristina de Ribas de Sil o Santo Estevo de Ribas de Miño. Su presencia simboliza y evidencia la colonización que los monjes tuvieron en el territorio.

La iglesia es una de las joyas del románico en Galicia. Data del último tercio del siglo XII y la primera mitad del XIII. Tiene planta basilical de tres naves y cabecera triple, compuesta por tres ábsides semicirculares al exterior y poligonais al interior. De la fábrica románica conserva a cabecera y parte de los muros perimetrales de las naves, tanto al interior como al exterior, pero es posible que cuando en el siglo XVI se realizaron las pinturas murales, que decoran el interior del templo, se había alterado el sistema de los pilares que separan la nave mayor de las laterales, ya que los actuales no son de la fábrica románica. Es posible que esta iglesia hubiese sido concebida para ser toda ella abovedada, porque la articulación del muro es similar a la de Santo Estevo de Ribas de Sil. Del conjunto destaca la cabecera por su monumentalidad, el equilibrio de sus proporciones y la riqueza ornamental del alzado, al mismo tiempo las portadas norte y sur, constituyen dos de los ejemplos sobresalientes de la arquitectura del románico de la Ribeira Sacra, que hablan del tránsito de las formas cara el siglo XIII, donde no faltan las referencias simbólicas al pan y al vino, como alimento eucarístico, o a la palmera, símbolo del martirio y de la inmortalidad.

La fachada principal, aunque modificada, conserva la portada entre dos contrafuertes, con sus columnas con capiteles de decoración fitomórfica y arquivoltas apuntadas con motivos geométricos y florales, todas ellas con formas estilizadas y elegante traza, así como el tornachoivas que combina las rosetas con los trisqueles o discos solares y las cabezas humanas en las ménsulas. En el ángulo sudoeste se conserva el resto del arranque de la torre.

En el interior San Vicente de Pombeiro atesora elementos muy destacados como el conjunto de retablos, especialmente el mayor de principios del siglo XVIII, vinculado con el taller de Francisco Castro Canseco, y el ciclo de pinturas murales que se descubrieron en el 1996 y restauradas por la Dirección Xeral do Patrimonio Cultural, en las que se representan la Santa Cena, las lamentaciones sobre Cristo Muerto, el Juicio Final, así como otras escenas como el Nacimiento de Cristo o Santa Ana.

El conjunto se completa con la casa rectoral, una construcción noble del siglo XVIII, que según la inscripción que corona el dintel del montante del balcón que preside la fachada, fue erigida entre 1766-1784, es decir cuando Pombeiro dependía del próximo monasterio de Santo Estevo de Ribas de Sil. Se trata una edificación, exenta de cantería de granito que consta de sótano (bodega), bajo y una altura, que responde la tipología de pazo gallego, con una portada de formas sencillas con un arco adintelado coronada por el balcón volado sobre el que se dispone el escudo del prior que impulsó la reforma. En la fachada, como único elemento decorativo, con un marcado carácter plástico, destacan las guarniciones de los vanos con el montante característico del tercer cuarto del siglo XVIII. El estado de conservación tanto de la iglesia como lo de la casa rectoral es bueno.