Capilla del poblado de Os Peares (Carballedo)

El poblado de Os Peares es una obra de Antonio Tenreiro Brochón que fue proyectado en el año 1956 y puede ser considerada un ejemplo singular de la arquitectura de mediados de siglo XX que nació de la profunda inquietud renovadora de una generación de arquitectos que intenta, durante la dictadura, asimilar  sus propuestas a las que se estaban desarrollando en el resto del mundo bajo una relectura de la tradición vernacular.

La capilla forma parte del poblado que se levantó para albergar a los trabajadores de la central hidroeléctrica de Os Peares, que se construyó en la margen izquierda del río, aguas abajo de la presa, aprovechando una escarpada pendiente. El pequeño templo se proyectó a partir de la modificación de un pequeño edificio administrativo que quedó en desuso. Se encuentra en la parte más alta del poblado, dominando el embalse. La intervención consistió en la conservación de una serie de elementos existentes a los que se añadieron otros nuevos, según la memoria que se conserva. De este modo se mantuvieron el forjado del piso y los muros laterales de ladrillo, pero se erigió el campanario que originalmente albergó la sacristía.

La estructura de hormigón que se apea sobre los soportes de los pórticos permitió abrir grandes ventanas en la parte alta de los muros, favoreciendo una iluminación cenital con un marcado valor simbólico, en un edificio religioso de estas características.

Dada la fuerte pendiente del terreno, en la base de la construcción se dispuso en el proyecto de Tenreiro, la vivienda del párroco y una pequeña sala de conferencias, que hoy fueron rehabilitados para tener nuevos usos. Las recientes intervenciones en el inmueble hacen que se conserve en muy buenas condiciones, y pese a perder alguna de sus condiciones espaciales originales, sigue siendo muestra de la capacidad de integrar la inspiración vernácula y tradicional en los parámetros de la arquitectura moderna.