Bodegas de Vilachá (A Pobra de Brollón)

Constituye un conjunto de arquitectura tradicional vinculado al vino, destinado a la producción y conservación de tan preciado producto. Las construcciones de la actuales bodegas se remontan al siglo XVIII-XIX, pero probablemente su origen sea muy anterior, relacionado con las repoblaciones del alta edad media, y ligadas a alguno de los monasterios de la Ribeira Sacra (se han citado el de Montederramo o el de San Vicente de O Pino) a través de algún priorato local, hoy desaparecido, pero del que queda el conocimiento popular, ya que en la zona se habla del Valle de los Frades.

Su singularidad, además de su representatividad como una parte esencial en el ciclo del vino, está en su disposición y en el número de instalaciones, hasta conformar prácticamente un barrio exclusivo para esta función.

En la parroquia de Salvadur, en el lugar de Abelaira, se escogió este espacio con probabilidad por su eficacia para madurar mejor el vino, que sería traído ya elaborado. Estas dependencias y su agrupación facilitarían la custodia y guardia del preciado producto. Se trata de un gran conjunto de edificaciones, más de cuarenta, de mampostería con un simple hueco de entrada con grueso dintel de madera, sin necesidad de más luz, de paso suficiente para el movimiento de las grandes pipas y barriles, con una cobertura sencilla de loseta sobre estructura de madera. Algunas están parcialmente enterradas, por lo que su integración en el territorio es óptima así como las condiciones para la conservación del vino.

Su estado de conservación es bueno, fueron restauradas en el año 1996 por la Xunta de Galicia, y su uso está relacionado con el vino, con su cata y con la puesta en valor en general de la actividad a través de actividades de difusión y hostelería, así como una fiesta alrededor del vino en el mes de mayo.